ha sido utilizada históricamente como fuente de fibra, conteniendo además importantes dosis de proteínas y mucílago. Es muy rica en ácidos grasos esenciales, aportando ácido alfa linolénico, omega 3, 6 y 9. Estas semillas son también una gran fuente de vitaminas y minerales.
La composición de la linaza incluye un 35 % de fibra dietética, un 23 % de omega 3, otro 23 % de proteínas, un 10 % de omega 9 y un 5 % de omega 6.
Vale destacar que los aceites omega son un tipo especial de grasas que nuestro organismo no puede producir, por eso resulta tan importante su consumo como parte de la dieta diaria. Estos facilitan distintas funciones metabólicas y poseen una amplia acción terapéutica.
Estas “grasas benéficas”, de acuerdo a distintos estudios médicos, podrían ayudar a prevenir enfermedades como la artritis, la trombosis, la hipertensión arterial, el asma y el cáncer.
Los efectos positivos de la linaza, en consecuencia, estarían relacionados con su elevado aporte de aceites omega y, por otro lado, con su importante concentración de lignanos.
Estos últimos son sustancias químicas naturales que en la linaza, a pesar de no llegar al 0,3 % de su composición, se encuentran presentes en una cantidad 800 veces mayor que en otros vegetales.
Prometedoras pruebas de laboratorio y estudios científicos han arrojado luz sobre la importancia de los lignanos, indicando que el consumo regular de alimentos con alta concentración de estas sustancias podría ser efectivo para la prevención del cáncer de colon, de pecho y de próstata, entre otras dolencias.
innatia.com
La composición de la linaza incluye un 35 % de fibra dietética, un 23 % de omega 3, otro 23 % de proteínas, un 10 % de omega 9 y un 5 % de omega 6.
Vale destacar que los aceites omega son un tipo especial de grasas que nuestro organismo no puede producir, por eso resulta tan importante su consumo como parte de la dieta diaria. Estos facilitan distintas funciones metabólicas y poseen una amplia acción terapéutica.
Estas “grasas benéficas”, de acuerdo a distintos estudios médicos, podrían ayudar a prevenir enfermedades como la artritis, la trombosis, la hipertensión arterial, el asma y el cáncer.
Los efectos positivos de la linaza, en consecuencia, estarían relacionados con su elevado aporte de aceites omega y, por otro lado, con su importante concentración de lignanos.
Estos últimos son sustancias químicas naturales que en la linaza, a pesar de no llegar al 0,3 % de su composición, se encuentran presentes en una cantidad 800 veces mayor que en otros vegetales.
Prometedoras pruebas de laboratorio y estudios científicos han arrojado luz sobre la importancia de los lignanos, indicando que el consumo regular de alimentos con alta concentración de estas sustancias podría ser efectivo para la prevención del cáncer de colon, de pecho y de próstata, entre otras dolencias.
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